lunes, 19 de septiembre de 2011

Industria




Pensé:
Que bueno seria enfrascar un abrazo,
ir al refrigerador,
destaparlo
y sentir el calor humano que envuelve,
oler, saborear, degustar,
amar.

Un escalofrió, frio, frio,
recorrió mi espalada,
sacudí mi cabeza,
como queriendo botar
esta idea tan absurda.

Me imagine millones de botellas,
llenándose con gran rapidez,
tristes botellas desechables.

Camiones enormes trasportaban
lo que antes era tan simple, tan humano.

Caras largas hacían cola
para comprar un poco de amor,
caras mas largas que no tenían
ni para medio abrazo.
Volví a sacudir la cabeza,
observe a mi alrededor,
como esperando
que ningún empresario de mierda
me hubiera visto soñar
tal atrocidad.

Trague profundo para olvidar.

Desde entonces,
cada vez que abrazo,
aprieto fuerte
huelo, saboreo, degusto,
amo.

Hay cosas que solo se deben disfrutar,
en el preciso instante en que suceden.


2 comentarios:

  1. como administradora, creo que entenderás por qué este es mi favorito... siempre les insisto a los estudiantes que deben diseñar programas de comunicación que seduzcan a los consumidores. Creo que a partir de ahora debo insistirles en la disciplina que deben tener para seguir siendo humanos...

    ResponderEliminar
  2. nuestras vidas han quedado atrapadas en el consumo, carateristica de la modernidad, pero deben de existir espacios fuera de esta logica, cosas que solo hagamos por hacerlas no importando si tienen algun fin economico, el abrazo debe ser parte de esto.

    ResponderEliminar