Rápida,
sigilosa,
se desliza de lugar en lugar,
solo sus uñas interrumpen
la quietud de la noche,
olfatea, muerde, rasga,
sigue buscando,
pareciera nunca estar satisfecha,
Pareciera nunca encontrar lo que busca.
Rojo veneno,
Expuesto en blanco refrigerador.
Ella
Negra,
Gris.
Puede no ser la criatura más bella,
pero existe,
y la belleza en ocasiones
radica en el acto
de existir.
Trepa,
salta,
su gruesa cola
ágil herramienta.
Su nariz olfatea,
pero el hambre la traiciona,
toma con sus pequeñas manos
el trozo mortal,
mastica,
mastica,
mastica,
lo suelta y va por otro,
Repite.
Ella no lo sabe,
no regresara,
su habito,
su muerte.
Nunca supo que invadía el lugar de otros
no pensó que toda la comida disponible
tenía dueño.
y vaya que dueño
el ser humano
antiguamente expulsado del reino animal
Por no saber compartir.
Por otro lado,
Yo
mis dedos escriben
la tragedia
del estado actual
de mi cocina.
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